lunes, 10 de diciembre de 2012

CONSTANTES DE DISEÑO URBANO Y ARQUITECTÓNICO EN MESOAMÉRICA

Miranda Martínez Yael
Taller Juan O´Gorman
Arq. Mesoamericana


CONSTANTES DE DISEÑO URBANO Y ARQUITECTÓNICO EN MESOAMÉRICA

ANTECEDENTES
Cuando la referida visión esteticista puede pasar desapercibido “quienes” produjeron tales espacios, la visión antropológica dominante y aplicada al urbanismo y arquitectura, no discute el “donde” o “cuando” tienen verificativo los procesos por ellos analizados.
El Urbanismo Y Arquitectura se producen, no se “crean”; por tanto contienen procesos de diseño, planeación y organización social tendientes a su final obtención.
Existen procesos intelectuales transformación y generación de ideas inscritos en órbitas sociales de mayores dimensiones, a los que denominaremos “procesos de diseño”. Este proceso esta limitado por dos extremos: el inicial o de identificación de necesidades y el terminal o de generación de satisfactores. El proceso de diseño incorpora todas y cuantas herramientas intelectuales asisten al o los diseñadores; aspectos perceptivos, conceptuales, materiales, normas, procesos tecnológicos, experiencias previas, tradición y dinámica cultural, entre otros, que hacen de un objeto así concebido, un artefacto que cumple una eminente función social y dirigido a desempeñar una tarea como satisfactor de necesidades que, como el propio diseñador, tienen tiempo y espacio específicos.
Tres aspectos fundamentales en la final consecución de un satisfactor; El Usuario o a quien se destina l objeto, el uso social individual o colectivo y, naturalmente, la tecnología disponible que incluye materiales y procesos.
CONTSNATES DE DISEÑO
El diseñador ha identificado las necesidades que resolverá a partir de la aplicación proporcional de los recursos intelectuales y tecnológicos disponibles.
Una constante de diseño está referida a la permanencia de la forma como “usualmente” se resuelven los sistemas primarios de espacios habitables como la infraestructura urbana, la estabilidad estructural y la geometría de los edificios, éstos subyacen al objeto y su forma resultante, integrando una parte sustancial del proceso intelectual que transforma ideas en artefactos de escala colectiva. Una constante es un recurso intelectual extensivo a la totalidad cultural de un grupo y, por tanto, una necesaria herramienta tecnológica.
El Urbanismo y Arquitectura del México Antiguo constituyen un universo finito de hechos materializados (concretos) y contenidos por la geografía de nuestro territorio, su estudio no puede desvincularse del conocimiento del contexto y entorno geográfico donde se produjo.
Las ciudades y los contenidos arquitectónicos de los grupos humanos asentados en la geografía de nuestro territorio son resultantes de una estrecha dinámica cultural asociada con las características concretas del medio: latitud, longitud y consecuentes ciclos meteorológicos o referentes astronómicos;  la proximidad a recursos materiales necesarios condiciona a la producción de espacios culturales, entre estos destacan: regiones geológicas, provincias fisiográficas, zonas sísmicas, áreas ecológicas, la accesibilidad a recursos hidráulicos. El paisaje arqueológico es una novedosa materia de investigación donde muchos aspectos constituyen la base fundamental de su trabajo.
L a Arquitectura Prehispánica Mesoamericana puede ser abordada desde ópticas más concretas y con otros paradigmas, por ejemplo: Es el universo de ejemplares urbanos y arquitectónicos contenidos por un total de 20° de latitud como eje vertical y los límites de nuestros litorales como eje horizontal, es una cronología de 3572 años que va de la postrimerías del Horizonte Preclásico Medio y las Ordenanzas de Felipe III. O bien, si se prefiere una visión más dura: El Urbanismo y la Arquitectura del México Antiguo tiene cuatro bases concretas de estudio a partir de sus materiales constitutivos, el de las rocas ígneas, las sedimentarias (silíceas y carbonatadas) y el adobe (que incluye materiales orgánicos).
Otras constantes se refieren a procesos de transformación del suelo en el suelo útil, es decir a lo que genéricamente hemos denominado Infraestructura Urbana y definida como el conjunto de actividades comunitarias tendientes a la apropiación y disposición del suelo natural para comunitarios.
La infraestructura urbana incluye rangos primarios como las elementales modificaciones de la topografía o el desmonte de un claro en la selva, hasta complicados sistemas de contención, terraceo, nivelación y canalización de recursos hidráulicos, trazo y edificación de caminos, plataformas, plazas y todo género de actividades colectivas dirigidas al sostén físico del asentamiento.
La infraestructura urbana es el episodio inicial de cualquier asentamiento, en ella tienen verificativo las primeras experiencias constructivas del grupo y un reconocimiento colectivo de las características y atributos de los materiales con que, serán resueltos los sistemas constructivos de su arquitectura doméstica y monumental; a través de ella, el grupo genera su propia experiencia de interacción con estas características y sus rangos de aplicación. Permanece a lo largo de la vida útil del asentamiento y sobrevive más allá  de la última generación de sus habitantes. No solo se cimienta físicamente al asentamiento, sino que se inaugura la tradición constructora del grupo.
Cuando un edificio monumental aparece como extensión, física o visual de su contexto circundante, solamente podemos inferir la posible existencia de polos intencionales extremos y vinculados por intermediación de los trabajos de generaciones enteras en la conversión y transformación del suelo urbano, así la infraestructura actúa como puente entre dos sucesos distantes considerablemente en el tiempo.
El Urbanismo Y la Arquitectura del México Antiguo llevan a cabo la identificación entre los constructores con sus ancestros, así como el escenario de la continuidad generacional y extremo proximal de una tradición constructora.
La progresiva complejidad social genera, nuevas formas de gobierno en asociación a otras opciones ideológicas, tales condiciones exigen, a su vez, nuevas formas de asentamiento que remontan la sola ocupación del terreno, siendo necesaria la instrumentación de trabajo colectivo organizado en presencia del resto de la población y en conciencia de la utilidad pública que semejantemente tarea comunitaria conlleva. La identificación, selección, extracción, movimiento o acarreo de materiales, su contención y el emplazamiento en corazas o sistemas de terraceo para la disposición de superficies útiles, el chapeo, limpieza, desyerbe, trazo y nivelación de extensiones necesarias para el asentamiento o edificación de estructuras monumentales, constituye el universo de hechos dimensionados por la infraestructura urbana.
La permanencia de los sistemas de infraestructura les posiciona como satisfactores vigentes de largo aliento en el contexto edificado y condicional lo que habrá de ocurrir con su consecuente arquitectura pública, monumental y residencial. Los constructores asumen igualmente las experiencias resultado de estos procesos y establecen físicamente las formas urbanas y arquitectónicas donde la vigencia se transforma en idoneidad, hasta convertirse en norma asequible para futuras circunstancias similares.
El urbanismo se erigen así, como intermediarios entre el hombre social y el medio ambiente. <El espacio urbano existe en virtud de la relación permanente entre el entorno y el grupo, la ciudad es el espacio donde tienen verificativo las interacciones significativas y cotidianas del grupo en su condición de colectivo sincrónico identificado con sus ancestros.
La constante CCC: El urbanismo y arquitectura llevan a cabo así, la tarea de intermediación sincronía entre el contexto (continente) y el colectivo social (contenido); su presencia satisface una necesidad social concreta (cometido).
El concepto de orientación es una de las constantes que aparecen tempranamente en el contexto de los primeros sitios arqueológicos de nuestro país, los ejes Norte y su correspondiente extensión al Sur, conforman una componente altamente desarrollada por las capitales atribuidas a los olmecas arqueológicos de la región del Golfo de México.
Los campos visuales del observador se sintetizan en líneas que, para efectos del diseño y planificación de objetos de escala colectiva, les denominamos axialidad o sistemas de ejes y conforman una constante sustancial en los procesos comunitarios de edificación.
Valor objetivo. El valor objetivo de los satisfactores de escala colectiva se fundamenta en la inversión de trabajo que, generacionalmente acumulado e identificado, aborda los terrenos patrimoniales. El urbanismo y arquitectura del México Antiguo materializan el esfuerzo colectivo
Necesario para su producción, generando discursos legibles e inteligibles que estimulan los vínculos de apropiación, ahorro social, y vigencia u obsolescencia de su cometido social; su permanencia en el contexto de producción original ratifica su condición de satisfactor de escala comunitaria y dimensión diacrónica.
La valoración colectiva de los objetos de utilidad pública estaría dado en función directa al mayor número de usuarios que beneficia o a la calidad de la mano de obra invertida para su final obtención; generando así la constante de identificación social en el uso del espacio.
Una secuencia estratificada del espacio físico diferencia al espacio natural de aquel resultado de procesos sociales. Siete categorías: el espacio exterior natural, carente de actividad alguna de transformación; el espacio exterior abierto, asociado a los procesos sociales que le transforman con propósitos productivos o de extracción sin alteración sustancial de sus condiciones originales; el espacio exterior delimitado, superficies de basamentos o plataformas y plazas públicas perimetralmente contenidas por volúmenes arquitectónicos o de infraestructura; el espacio interior transicional, referido a aquellos espacios arquitectónicos cubiertos que intermedian entre el exterior delimitado e interior abierto y cuya función puede estar dirigida a labores de relación entre individuos o colectivos de bajo número; el espacio interior abierto participativo, pórticos y áreas cubiertas vestibulares que concentran circulaciones y las dirigen a otras categorías funcionales del espacio interior o exterior; el espacio interior abierto delimitado, recámaras, patios interiores o impluvios, destinados a usos sociales de núcleos básicos o de relación de parentesco; el espacio interior cerrado, aquel cubierto y delimitado, destinado a funciones de habitación suntuaria y de relación interpersonal o íntimas.
Delimitación perimetral del espacio público y accesos laterales o “acodados” cuya función está dirigida a la contención de grandes contingentes de personas; los edificios no sólo capturan al espacio sino que lo que hacen también con todas y cuantas personas puedan acceder a éste.
Relación proporcional del volumen y el espacio “plaza-pirámide” establece los niveles de relación entre los elementos arquitectónicos delimitantes del espacio delimitado, lo limitan en sus visuales al exterior y ocupan el escenario como fondo envolvente de sucesos o acontecimientos sociales significativos.
El espacio capturado por los conjuntos arquitectónicos es proporcional a los volúmenes que le delimitan, generando con ello las necesarias condiciones isópticas e isoacústicas que garanticen una plena relación transaccional entre usuarios activos y pasivos.
La Frontalidad de la Arquitectura Monumental, reconocer el papel de la arquitectura monumental en el ámbito urbano del México Antiguo e igualmente la necesaria consideración de un diseño inducido a la captura de la atención de quienes puedan integrar los colectivos sociales contenidos por los espacios públicos. Los componentes arquitectónicos de uno o varios edificios, en conjunto, actúan a favor de este cometido. Las escalinatas, como uno de los indicadores de frontalidad y simetría en los edificios, articulan las visuales que coinciden con sus sistemas axiales o de ejes de composición.
Contraste de lo cuantitativo y cualitativo, la mayor o menor inversión de trabajo especializado en las tareas de producción de espacios públicos o habitables; identificados por las características tanto de materiales como de sistemas constructivos contenidos físicamente por la infraestructura o arquitectura, así como por la posición física que ocupan los objetos arquitectónicos en el contexto del espacio urbano.
El estado de avance tecnológico o de dominio de las técnicas constructivas, el conocimiento de los materiales de edificación y la organización social de los constructores, así como los niveles energéticos de inversión del trabajo comunitario, forman parte de las materias propias de una constante de contrastación.
Principio de confiabilidad u omisión de casualidades, es la directa relación de un objeto arquitectónico, sus materiales y procedimientos constructivos con una tarea o función social determinada; lo es también la inducción directa que, del cometido, hace un objeto arquitectónico en el contexto de un conjunto de mayores dimensiones o en el espacio urbano. Un objeto o satisfactor de escala colectiva existe en el espacio urbano debido a que cumple sincrónicamente con un propósito determinado.

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